Esta historia como cualquier otra de su género empieza con un érase una vez en un mundo muy muy lejano, que rozaba con los lindes del ensueño y la fantasía. Un mundo dónde lo deseado y soñado estaba al alcance del curtidor más humilde.
Nuestra historia empieza una calurosa mañana de una tardía primavera, casi verano, dónde la fragancia de las flores inundaba los valles y los jardines, las avenidas y los prados. En el aire un límpido ambiente rodeaba a todo aquél que se parase a respirar profundamente, tumbado en la hierba y contemplando el cielo. Y una de las pocas personas que se p